Tapices
Al terminar mis estudios de escultura en la facultad de Bellas Artes de Madrid tuve la suerte y el privilegio de compartir durante un tiempo un estudio formado por un grupo de creadores: una tejedora, Carmen Lucini, un arquitecto, un par de carpinteros y otros artistas cuyos nombres, tristemente, han quedado desdibujados por las brumas del tiempo. Sin embargo, el de Carmen Lucini lo recuerdo bien. Mujer carismática y creativa, me enseñó el oficio del telar de alto lizo y sus posibilidades. A partir de entonces, gozosa, comencé a caminar por el sendero del telar: los lizos, la trama y la urdimbre, palabras mágicas que me embrujaban. Conocí los diferentes puntos y los distintos materiales.
Más adelante, en el museo Arqueológico de Madrid, descubrí uno de los telares más antiguos de la historia, el telar de pesas. Muy primitivo, se han encontrado restos de ellos en yacimientos del Neolítico y de la Edad del Bronce, y hace tiempo que quedó en desuso. Constaba de dos palos o ramas verticales asentadas firmemente en el suelo y dos horizontales atadas a estos formando un marco. En estas se colocaba la urdimbre, una serie de hilos que se tensaban en la parte inferior por medio de piedras o piezas de cerámica atadas. Se pueden encontrar imágenes de este tipo de telar en cerámicas, frescos y bajorrelieves de la Antigüedad. No sé muy bien el motivo, pero me fascinó este telar arcaico, me encandiló estéticamente, así que empecé a construir mis tapices utilizando unos pesos inferiores como parte integrante y decorativa además de su uso utilitario.
Si bien mi trayectoria profesional ha transcurrido mayoritariamente por los rumbos editoriales como ilustradora, nunca abandoné la emoción de realizar tapices por encargo o por deseo personal. Actualmente vivo en A Coruña y combino las dos profesiones: ilustradora y artesana. Habiendo solicitado a la Xunta de Galicia la carta de artesana, me fue concedida en las categorías de tejidos, muñecas y juguetes en febrero del 2015 y desde el 21 de septiembre del 2015 estoy autorizada para el uso de la marca “Artesanía de Galicia”.
Mis tapices son obras únicas realizadas con materiales vegetales: lino, algodón, yute, cáñamo, esparto, etc. Muchos de los elementos que los adornan han sido recogidos en plena naturaleza a lo largo de los años: fragmentos de madera traídos por las olas del mar, conchas, caracolas, viejos vidrios de antiguas fábricas, semillas, piedras, ramas… Últimamente añado también pesos y adornos realizados en cerámica.
Al terminar mis estudios de escultura en la facultad de Bellas Artes de Madrid tuve la suerte y el privilegio de compartir durante un tiempo un estudio formado por un grupo de creadores: una tejedora, Carmen Lucini, un arquitecto, un par de carpinteros y otros artistas cuyos nombres, tristemente, han quedado desdibujados por las brumas del tiempo. Sin embargo, el de Carmen Lucini lo recuerdo bien. Mujer carismática y creativa, me enseñó el oficio del telar de alto lizo y sus posibilidades. A partir de entonces, gozosa, comencé a caminar por el sendero del telar: los lizos, la trama y la urdimbre, palabras mágicas que me embrujaban. Conocí los diferentes puntos y los distintos materiales.
Más adelante, en el museo Arqueológico de Madrid, descubrí uno de los telares más antiguos de la historia, el telar de pesas. Muy primitivo, se han encontrado restos de ellos en yacimientos del Neolítico y de la Edad del Bronce, y hace tiempo que quedó en desuso. Constaba de dos palos o ramas verticales asentadas firmemente en el suelo y dos horizontales atadas a estos formando un marco. En estas se colocaba la urdimbre, una serie de hilos que se tensaban en la parte inferior por medio de piedras o piezas de cerámica atadas. Se pueden encontrar imágenes de este tipo de telar en cerámicas, frescos y bajorrelieves de la Antigüedad. No sé muy bien el motivo, pero me fascinó este telar arcaico, me encandiló estéticamente, así que empecé a construir mis tapices utilizando unos pesos inferiores como parte integrante y decorativa además de su uso utilitario.
Si bien mi trayectoria profesional ha transcurrido mayoritariamente por los rumbos editoriales como ilustradora, nunca abandoné la emoción de realizar tapices por encargo o por deseo personal. Actualmente vivo en A Coruña y combino las dos profesiones: ilustradora y artesana. Habiendo solicitado a la Xunta de Galicia la carta de artesana, me fue concedida en las categorías de tejidos, muñecas y juguetes en febrero del 2015 y desde el 21 de septiembre del 2015 estoy autorizada para el uso de la marca “Artesanía de Galicia”.
Mis tapices son obras únicas realizadas con materiales vegetales: lino, algodón, yute, cáñamo, esparto, etc. Muchos de los elementos que los adornan han sido recogidos en plena naturaleza a lo largo de los años: fragmentos de madera traídos por las olas del mar, conchas, caracolas, viejos vidrios de antiguas fábricas, semillas, piedras, ramas… Últimamente añado también pesos y adornos realizados en cerámica.
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