Acerca de Marina
Soy ilustradora desde siempre.
Quizás empecé a serlo cuando leí mi primer cuento, o quizás antes, cuando mis padres me contaban relatos en mi cuarto antes de dormir… Aunque es posible que esto lo haya soñado, o leído, pues realmente no recuerdo haber tenido esa experiencia mágica de comunión literaria. Pero sí: los libros, las historias escritas en ellos, me hacían soñar, me llevaban en volandas a mundos maravillosos y creo que he vivido siempre más en ellos, en los libros, que en este mundo al que llamamos realidad.
He sido ilustradora desde siempre; en cuanto sujeté un lápiz entre mis dedos, en cuanto descubrí colores y formas, y viajé, viajé a lomos de mis dibujos, de mis personajes.
Hay otra cualidad que poseo y que ha aportado felicidad a mi vida: la capacidad de embeleso, el amor por contemplar las formas y colores de las creaciones de la Naturaleza. Los peces, los insectos, las aves, el mar, el viento, los árboles… Toda esa riqueza que nos rodea me ha fascinado desde niña y me ha provocado el deseo de crear, crear formas, colores e historias. Y me he sentido pez y me he sentido pájaro y me he sentido árbol.
Y bueno, qué puedo contar, que ingresé en la Escuela Superior de Bellas Artes y me sumergí en posibilidades de creación: el modelado en barro, el dibujo a carboncillo, los lápices, la acuarela, el óleo, la piedra, la madera; sus texturas, sus olores, su color. Era difícil escoger.
¿Quería dedicarme a la pintura? Los bastidores de madera, el preparar lienzos, los pinceles, la paleta con los colores al óleo, la vida de los artistas, la bohemia.
Pero también descubrí la piedra: el mármol, el alabastro, las calizas, las formas. Entonces… ¿quería dedicarme a la escultura? Tallar figuras en piedra, sacar formas de un bloque duro y frío con cinceles y martillos; o quizás entregarme a la madera, con sus diferentes orígenes (pino, castaño, boj…); o tal vez trabajar los metales, con el fuego, la fragua, la chispas, el calor y el frío aliándose para crear formas nuevas. ¡Qué difícil escoger! ¡Cuántas posibilidades!
Y más adelante descubrí el telar de alto lizo. ¡Esto también fue una revelación! Y las marionetas, ¡no olvidemos las marionetas!
Resumiendo: entre tantas posibilidades, prevalecieron sobre las otras la ilustración, los tapices y las marionetas. Con estas tres ramas del arte y la artesanía he viajado toda mi vida y sigo viajando. Por eso, en esta web quiero mostrar todo mi mundo artístico, mis inquietudes de creación.
Si tenéis curiosidad, en este enlace podéis conocer mi bibliografía completa, y en este otro, la relación de cuentos y novelas que he ilustrado.
Sed bienvenidos.
Marina