Primero he modelado las piezas con barro refractario (el más oscuro que se ve en algunas de las piezas que se ven en la primera imagen) y en algunas de las piezas que añadido porcelana que, al igual que el barro refractario, cuece a alta temperatura.
Cuando ya están hechas las piezas, se dejan secar completamente, no pueden tener nada de humedad, y se meten al horno para una primera cocción, llamada bizcochado. El barro refractario, cuando cuece a la temperatura de bizcochado, adquiere una coloración rojiza.
Lo siguiente es el decorarlo con óxidos, que en general dan colores oscuros, casi negros. La porcelana sí que podría colorearla con pigmentos brillantes de colores vivos, pero he preferido en este caso usar solo los óxidos y dejar el color natural de los dos tipos de barro y poner solo una pequeña parte de del color marrón o negro del óxido. Cuando han pasado la segunda cocción a alta temperatura ya salen con el color definitivo, mucho más bonito que el de la primera cocción.